Empanadillas de bonito

Buenos días querid@s amig@s y queridas familias:


Ya casi tenemos otra semana más terminada, y como no podía ser de otra forma nosotros seguimos al pie del cañón, dando caña con recetas para todo el mundo y que creemos que cualquier familia puede preparar en sus casas y por muy poco dinero.

Hoy os traemos como no, otro día más, una receta MUY sencilla, y que a toda la familia va a gustar. Es una receta de las de toda la vida, quién no ha comido una vez en su vida una empanadilla??

Bueno pues hoy os vamos a preparar una empanadillas de bonito, que solamente con ver las fotos tenéis que salivar...

Empecemos...

- Obleas para empanadillas (nosotros usamos de La Cocinera)

- Bonito desmigado al natural

- Salsa de tomate

- Huevo

- Aceite de oliva

Lo primero que vamos a hacer es cocer el huevo, nosotros tenemos un maravilloso artilugio que nos dice si el huevo ya está cocido o no. Sino disponéis de algo así, cuando el agua empiece a ebullir, lo dejáis unos 10 minutos, no lo dejéis más porque sino la yema empieza a tomar ese color oscuro verdoso.

Mientras el huevo se nos va cociendo, en un bol vamos a desmigar bien el bonito con la ayuda de un tenedor, nosotros lo compramos al natural, así lo podemos preparar como queramos.

Le agregamos la salsa de tomate, y mezclamos bien

Una vez que el huevo esté cocido, lo vamos a picar en trozos muy menudos

Y se lo añadimos a la mezcla que teníamos preparada con anterioridad y vamos removiendo con movimiento envolventes para que la yema del huevo no se rompa demasiado.

De esta forma ya tenemos todos los ingredientes necesarios para comenzar a montar las empanadillas.

Las obleas viene empaquetadas individualmente con un papel para separarlas, el papelito nos va a ser de mucha utilidad, tanto para rellenar la empanadilla como para luego moverlas de un sitio a otro.

Cogemos una oblea y le ponemos un poco de la masa en el centro.

Cerramos la oblea juntando perfectamente los bordes, intentando que no se nos salda nada. 

Y con la ayuda de un tenedor las vamos sellando, muy importante que no se salga nada de tomate, porque luego al freír va a salpicar muchísimo.

Y por último las vamos a freír, ponemos en una sartén ponemos aceite como 2 dedos de aceite, y cundo esté bien caliente el aceite las vamos a ir friendo. Y cuando tengan ese color marroncito las vamos a ir sacando a un plato con papel absorbente para quitarles el exceso de aceite que puedan tener. Recién hechas están muy buenas, pero de un día para otro a mi me gustan más...