Buenas tardes querid@s amig@s y queridas familias:
Vamos acabando poco a poco con otra semana, y nosotros seguimos al pie del cañón con el fogón encendido y las bolsas de la compra llenas de productos frescos y sanos.
En alguna ocasión os he dicho que la ignorancia es muy atrevida, y yo en esto de la cocina he entrado de rebote y con nociones muy básicas sobre cocina y sobre todo de una forma autodidacta.
En casa hay veces que hacemos recetas que improvisamos nosotros con los ingredientes que tenemos en casa, o son platos que hemos visto hacer en casa toda la vida, aunque le demos nuestro sello personal, pero en otras ocasiones cuando veo recetas por ahí y me gustan, quiero probarlas y que mi gente las pruebe en casa.
Y hoy es un día de eso, viendo al gran David de Jorge por youtibe, vi que cuando andaba bajando peso para someterse a la intervención quirúrgica para reducirse el estómago, y los lunes hacían recetas para hacer dieta y no aburrirse por el camino.
Desde este humilde blog quiero reconocer mi auténtica pasión por David de Jorge un grande de la cocina vasca que hace que te pique el gusanillo de la cocina con solo ver sus programas, y además señalar que nosotros que nos queremos quitar algunos kilillos vamos a seguir algunas de las recetas que preparó en su día y queremos darle difusión para que cuanta más gente cocine bien y sano más guerra daremos en la vida.
Y precisamente la receta de hoy la hizo David de Jorge en su programa, él les llamó Almejas viudas, porque no iban acompañadas de ningún pescado, marisco o salsa que se le preciase, pero yo las voy a llamar almejas al ajillo, y no solo porque lleven ajos, sino porque cuando entró Rubén a la cocina dijo, por qué huelen estas almejas como el pollo al ajillo??
Pues empecemos con estas almejas:
Necesitamos:
- Almejas
- Ajos
- Vino blanco
- Aceite de oliva
- Vinagre
- Perejil
- Cayena
En una sartén o cazuela bajita, vamos a dorar con un poco de aceite de oliva, los ajos que habremos cortado finamente
Muy importante el fuego no debe ser muy fuerte porque no queremos que se nos quemen los ajos, luego le daría un gusto muy amargo, así que con fuego suave suave y removiendo bien los vamos a dorar, una vez que estén doraditos, los sacamos a un recipiente y los reservamos.
En la misma cazuela o sartén, vamos a poner las almejas y las vamos a saltear, les ponemos el chorro de vino blanco, y las tapamos para que se vayan abriendo poco a poco, él usó el txakolí de Karlos Arguiñano, me hubiera encantado cocinar con ese txakolí pero aquí en Zamora es complicado de encontrar, David... si te enrollas mándame una botellita y lo probamos aqui...
Cuando se vayan abriendo las almejas las vamos sacando a un plato y las reservamos.
Al vino blanco que queda, le ponemos un chorrito de vinagre y vamos a dejar que la salsa reduzca un poco.
En cuanto la salsa haya reducido un poco le agregamos los ajos que teníamos reservados y el perejil picado un poco toscamente, le damos un par de vueltas y ya está listo para poner un poco por encima a las almejas.
Y aquí tenemos nuestras maravillosas almejas con olor a pollo al ajillo...
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