Buenas tardes querid@s amig@s y queridas familias;
Cómo va la semana?? Espero que la hayáis empezado de la mejor manera, y aunque a muchos de vosotros no os acompañe el tiempo, después de leer este post seguro que vais a poder ver brillar el sol.
El Sol, el astro rey, en las ciudades muchas veces no se valora lo importante que es el sol, y en ocasiones se añora por el frío, y otras muchas, dependiendo en la latitud en la que vivas, el sol será un incordio y fuente de muchas molestias y mucho calor. Hoy al margen de recetas y dietas, que mañana podremos arrojar algunos datos muy buenos, hoy, queremos hacer un brindis al sol.
Por que sin el sol, y sin la tierra, no seríamos testigos de algo tan maravilloso que nos ha llegado en forma de botella desde las tierras jienenses de Torredonjimeno. Hoy queremos poner el foco de atención en un producto que es esencial en nuestras recetas, el ACEITE DE OLIVA, y lo escribo con mayúsculas, porque no he conocido un aceite como este.
Como bien sabéis, hace un tiempo un gran amigo nuestro, de Granada, nos regaló una latita de aceite de oliva. En la lata, lo primero que nos llamaba la atención, fue que estaba traducido a varios idiomas, hasta en alemán!, la primera conclusión de este hecho, es que el aceite tenía que ser bueno porque se estaba exportando al extranjero. Pero ay pobres de nosotros!, no sabíamos que entre nuestras manos teníamos algo más que una simple lata de aceite de oliva, poseíamos un tesoro en forma de oro líquido!
Cuando destapamos el envase, nos dimos cuenta nada más acercar la nariz al orificio que aquél no era un aceite más del montón, aquel aceite tenía algo especial. Y ahí es cuando vimos el nombre del aceite con otros ojos, Aceites Vallejo.
Ese mismo día quisimos probarlo, e hicimos un arroz digestivo que hacía la abuela Miguela, y ya cuando lo probamos nos dimos cuenta de que todas aquellas sospechas se hicieron realidad. Hoy todavía mis papilas gustativas se emocionan al recordar ese primer momento.
Y poco a poco fuimos incorporando este tesoro en todas y cada una de las recetas que hacíamos, desde ese momento, las ensaladas, ya no sabían de la misma manera, ni los bocadillos de jamón, ni ningún otro alimento, fue como si los propios alimentos nos dieran las gracias a su manera por tan buen acompañamiento.
Conforme lo íbamos utilizando, nos dimos cuenta de que el éxito de aquel aceite, no solo estaba en las manos del que lo usaba, era mérito del sol, la tierra, los agricultores, y todo el que hace posible que este producto sea único.
Pero aquel maná de los dioses se iba acabando!! y la pinche cual yonki con el síndrome de abstinencia, me suplicó y me rogó que adquiriéramos más aceite, y que no solo iba a ser para nosotros, aquello había que compartirlo con todos nuestr@s amig@s. Recientemente recibimos un pedido de aceite de oliva virgen extra, hasta el repartidor que nos lo trajo tenía cara de felicidad!!
Cuando abrimos la caja brotó un aroma indescriptible desde lo más profundo invadiendo toda la estancia, y allí estaba, la joya de la corona, la madre de todos los aceites, el aceite fresco, recién salido de la almazara. (En la imagen de abajo es la botellita de la izquierda). Dicen que la esencia se vende en botes pequeños, en esta ocasión el acervo popular no se equivoca y acierta de pleno.
Cuando destapas la botella y hueles el aceite, ese néctar de dioses, te tele-transportas automáticamente a las campiñas jienenses tostadas por el sol, donde no se ve el fin de ese mar lleno de olivos, donde un aroma especial todo lo envuelve. Y todo eso con destapar el aceite!, si lo pruebas, por un momento dejas de pensar en tus problemas, no quieres que nada ni nadie rompa ese momento, solos tu y el sabor del aceite.
Si aparte de compartir con nosotros estas líneas queréis experimentar un sinfin de experiencias os recomiendo que entréis en la tienda que tienen on-line, http://www.aceitedeolivadirecto.com/, o llaméis por teléfono, por que os van a atender de mil amores y es que este producto no se puede vender de otra forma sino es con amor y aprecio a las cosas bien hechas.
Muchas gracias a Lourdes que tan atenta ha sido con nosotros y desde aquí amenazamos con ir por allí para ver vuestras instalaciones, EL TEMPLO DEL ACEITE.