Buenos días querid@s amig@s y queridas familias:
Hoy os traemos una receta con la cual vais a comer por lo ojos, al margen de que sea más o menos vistosa la receta, vamos a comer por el bien de nuestra vista y de nuestros ojos.
La receta de hoy nos la ha hecho llegar nuestro amigo y óptico-optometrista Ángel, un gran profesional en esto de la visión y muy preocupado por la alimentación y el bienestar. Para los que seáis de Zamora seguro que le conocéis y para los que no, aquí os dejo su web, www.angeloptico.es
Nos comentó que para prevenir una enfermedad común en la visión, como es la DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) sobre todo en personas de avanzada de edad, es muy importante aportar a nuestra dieta diaria vitaminas tales como la A, la E, la C, y minerales como el Selenio, el Zinc...
Y viendo la repercusión que está teniendo el blog, pues nos ha hecho llegar una serie de recetas, que van encaminadas a la prevención de la DMAE, por ello desde los creadores del blog, queremos darle las gracias, y animaros a todos a dos cosas, una a cocinar esta sencilla y nutritiva receta, y a que nos enviéis vuestras mejores recetas, o nos invitéis para ver el proceso y luego sacarlo en el blog.
Sin más preámbulos, los ingredientes para esta receta son:
- Cuatro tomates
- Una cebolla
- Azúcar
- Sal
- Vino blanco
- Dos zanahorias
- Carne de ternera (solomillo o para guisar)
- Hierbas de la Provenza
- Aceite de oliva
- Sal
Lo primero que vamos a realizar es escaldar los tomates para luego pelarlos.
Ponemos agua en una cazuela al fuego, y cuando hierva el agua metemos los tomates, solo hay que ponerlos un minuto
Pasado ese minuto vamos a meterlos en agua fría con unos hielos, si hacemos esto, la piel nos va a salir perfectamente.
Pelamos los tomates y los picamos en daditos.
Le ponemos un poco de sal, aceite de oliva virgen extra, y hierbas de la provenza, y lo vamos a dejar macerar durante al menos 2 horas y lo reservamos en un lugar fresco
Picamos la cebolla en juliana fina y la vamos a poner a pochar en una cazuela.
Ponemos el aceite de oliva en la cazuela y cuando esté caliente el aceite, bajamos el fuego y ponemos la cebolla.
Ponemos una cucharada de azúcar.
Otra de sal.
Y un chorro de vino blanco, y lo vamos a dejar que se poche suave suave, a fuego lento.
Como veis, la cebolla reduce considerablemente el tamaño, toma un color dorado caramelizado y el sabor se intensifica muchísimo. En cuanto esté la cebolla caramelizada la reservamos.
A continuación limpiamos las zanahorias, las pelamos, y las vamos a hacer rodajas.
A continuación vamos a escaldar las zanahorias, no las vamos a cocer demasiado, unos cinco minutos, para ello, ponemos una cazuela al fuego con abundante agua, y cuando esté el agua hirviendo meteremos las zanahorias.
Las dejamos hervir unos 5 minutos.
Pasados esos 5 minutos, vamos a hacer como con los tomates, sacamos las rodajas cocidas, y las metemos en agua fría con hielos.
Las metemos en el agua fría y las reservamos.
La carne si está muy grande, yo os recomiendo que hagáis trozos más menudos para que luego la carne se haga perfecta.
Una vez cortada la carne, vamos a montar las brochetas, e iremos alternando trozo de carne, y rodaja de zanahoria.
Ahora lo ideal sería hacerlas en una plancha, pero tenemos unas sartenes de cerámica que son una auténtica maravilla, le ponemos un poco de aceite, y con un papel de cocina vamos a extenderla por toda la sartén.
En cuanto esté bien caliente la sartén vamos a bajar el fuego y lo pondremos a fuego medio, para que la carne se nos haga bien por dentro.
Damos la vuelta a las brochetas, y cuando esté bien hecho por todos lados sacamos las brochetas.
Y por último, se acompañan las brochetas con la cebolla y el tomate, una mezcla de sabores extraordinaria.